Todo empieza con la melanina. ¿Qué es la melanina?

La piel produce melanina, que es un pigmento natural. Esta molécula se sintetiza en los melanocitos, unas células que se encuentran en la capa más profunda de la epidermis.

Los melanocitos transfieren la melanina a las células más externas de la piel, los queratinocitos, dándole así la coloración natural a tu piel.

Dependiendo del tipo de melanina que se produzca, y de la cantidad, tu piel lucirá más o menos bronceada. Concretamente, se pueden diferenciar dos tipos de melanina:

• Eumelanina: que es un pigmento marrón-negro, que se produce de forma más habitual. Su función principal es ofrecer una protección natural a la radiación solar (UV).
• Feomelanina: que de fea no tiene nada, es un pigmento amarillo-rojo, y muy habitual en personas con piel más clara o el cabello rojo. En este caso, la protección solar que ofrece es poca o nula.

Vale, aparte de estar preciosa cuando estoy morena, ¿para qué sirve realmente la melanina?

Básicamente, es un mecanismo de protección de la piel, que se produce de forma natural, para evitar los efectos negativos producidos por el sol (radiación UV).

Sirve de protección contra los radicales libres y para evitar que se produzcan daños en el ADN de las células de la piel. Y sí, en verano hace que estés ¡radiante!

Y aunque, una vez más, la naturaleza demuestra cuán sabia es, a veces el mecanismo de pigmentación puede sufrir alteraciones. Y por este motivo, se producen hiperpigmentaciones de la piel que se traducen en manchas o melasma.

Así que una ayudita externa, para lograr una mayor efectividad en su desempeño, no está de más, ¿no crees?

Aquí es donde los cosméticos, como los protectores solares, son de gran ayuda para potenciar la protección de la piel y prevenir las problemáticas de las que hablaremos hoy: las manchas, y más concretamente, el melasma.

¿Quieres saber por qué se producen las manchas? ¿Qué factores son determinantes en su aparición? O ¿cómo la cosmecéutica puede ayudar a prevenirlas o mitigarlas?

Pues sigue con nosotros, que no dejaremos que se nos escape ninguna mancha.

¿Qué son las manchas?

Como hemos visto, la melanina es el pigmento natural de nuestra piel, es decir, lo que le da su color. Normalmente, este pigmento se distribuye de forma homogénea, pero cuando no lo hace aparecen lo que conoces como manchas (o hiperpigmentación).

Es decir, las manchas no son más que una sobreproducción de melanina, en un lugar concreto de tu piel y que, generalmente, ocurre en las zonas más expuestas al sol.

Si bien es cierto que el sol suele ser uno de los factores determinantes para la aparición de estas manchas, no es el único. También puede deberse a cambios hormonales (por ejemplo, el embarazo), al tabaco, al uso de algunos medicamentos, a factores genéticos, a lesiones o infecciones cutáneas, a patologías de la piel como el acné…

Así pues, de forma general, en cosmetología podemos diferenciar estos cuatro tipos de manchas:

• Pecas: son de pequeño tamaño y se localizan principalmente en zonas expuestas al sol. Aparecen desde la infancia y tienen un componente hereditario.
• Léntigos: son pequeñas, redondas y planas. Se asocian a la edad y su aparición es debida a las exposiciones solares, por eso suelen darse en las zonas más expuestas (manos, cara, cuello y escote). Afecta a personas a partir de los 50 años.
• Melasma: (cloasma o máscara del embarazo): se trata de manchas grandes, con formas irregulares y algo difusas. Suelen aparecer habitualmente en la cara, especialmente en las mejillas, el puente de la nariz, la frente y el labio superior. Afecta a la mayoría de las mujeres embarazadas, como consecuencia de influencias hormonales o bien por el uso de anticonceptivos.
• Hiperpigmentación post-inflamatoria: cuando la piel cicatriza después de sufrir una lesión o una inflamación, se produce un cambio de coloración en esta zona. Según el tipo de piel y su profundidad, pueden ser rojizas, marrones o más oscuras. Es común en personas que sufren acné.

Y ¿por qué el melasma causa preocupación entre las mujeres?

Porque este tipo de manchas de la piel aparecen en edades tempranas, en algunos casos en la pubertad. Su componente hormonal y que su aparición esté asociada al uso de anticonceptivos, hacen el resto.

Por eso es habitual que aparezcan en mujeres jóvenes y en embarazadas.

Aunque, si bien es cierto, que el componente hormonal parece ser el motivo principal, existen otros factores:

1. Internos: sería el caso de los factores hormonales, pero también puede deberse a una predisposición genética, como respuesta a procesos inflamatorios de la piel o también al inevitable envejecimiento.
2. Externos: uno de los principales es la radiación solar, pero también la exposición a ciertas sustancias o medicamentos pueden dar lugar a este tipo de manchas. Ante la creciente preocupación por el melasma y otras hiperpigmentaciones, la dermocosmética ha decidido aportar su grano de arena.

Pero antes de ponernos a hablar de todo lo que la cosmética aporta, ¿sabías que existen diferentes melasmas?

Tipos de melasma

Se diferencian por el color y la profundidad de la mancha. Principalmente podemos distinguir entre:

• Melasma epidérmico: de coloración marrón con los bordes definidos y situados en la capa más externa de la piel.
• Melasma dérmico: de coloración azul grisáceo y situados en capas más profundas de la piel.
• Melasma mixto: como se deduce, resulta de la combinación de los dos casos anteriores. El aspecto de las manchas es de color pardo grisáceo. Cuando este aparece justo en el momento del embarazo, debido a los cambios hormonales, se denomina cloasma (o máscara del embarazo).

Llegamos al punto clave, ¿cómo puede ayudarte la dermocosmética a mitigar las manchas o el melasma?

Como has visto, uno de los puntos más importante es la protección de la piel frente a los rayos solares, ya que son los responsables de activar la producción de melanina en la piel.

Los fotoprotectores no solo previenen la aparición de manchas, sino que, en caso de tenerlas, evitan que su tono aumente. Eso sí, seguirán siendo visibles.

Así que, aunque la protección sea el primer paso, es recomendable que vaya acompañada de la aplicación de productos con acción despigmentante (antimanchas) y/o unificadoras del tono, antioxidantes y exfoliantes.

De estas tres formas se consigue:

1. Prevenir y atenuar el aspecto de las manchas.
2. Evitar la acción de los radicales libres.
3. Y favorecer la renovación celular de la piel.

Así que, mantener tu piel en perfectas condiciones, previniendo y mitigando el aspecto de manchas y del melasma, ¡es posible!

Porque en iMstant nos importas, ¡tú y tu piel!

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• Tranexamic BioCaps™, indicado para el tratamiento de pigmentaciones fotoinducidas: melásma, léntigo solar… Su fórmula combinada con Niacinamida potencia la acción despgimentante.
• Ferulic BioCaps™, potente antioxidante que previene el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas. Actúa como fotoprotector biológico.
• Kojic BioCaps™, excelente despigmentante que actúa bloqueando la transformación de la L-Tirosina, el aminoácido precursor de la melanina.
• VitaC BioCaps™, forma estable de vitamina C con importante acción antioxidante y reguladora del tono de la piel. Haz click aquí para saberlo todo de este activo.
• RetinAl BioCaps™, acelera los procesos de renovación de la piel, unificando el tono. Haz click aquí para saberlo todo de este activo.
• Azelaic BioCaps™, reduce el espesor córneo y suaviza la piel de manera similar a los retinoides. Reduce la presencia de radicales libres. Haz click aquí para saberlo todo de este activo.
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Resumiendo…

Las manchas y el melasma, son una preocupación creciente, especialmente en mujeres. Como has visto, la exposición al sol, los factores hormonales, la disposición genética, etc. son factores clave en su desarrollo.

La buena noticia es que la dermocosmética puede ayudar con activos que previenen y atenúan estas molestas imperfecciones de tu piel.

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