¿Sabes por qué te sonrojas? Porque es la reacción de tu piel a una respuesta emocional intensa.
Se trata de un estímulo involuntario, en el que se produce la dilatación transitoria de los vasos sanguíneos presentes en tu piel.
En esos casos, no pasa nada, a parte de un poco de vergüenza, ese rojo te abandona en cuestión de minutos.
Pero ¿qué pasa cuando esa rojez se instala en tu rostro de forma más permanente? Apareciendo y desapareciendo a su antojo, o simplemente no abandonándote en ningún momento.
Cuando esto ocurre, si no se actúa, puede derivar en un problema mucho más grave para ti.
Así que tanto si esa rojez te abandona, como si no, sigue leyendo porque esto te interesa.
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